martes, 20 de noviembre de 2007

Sembrar, un trabajo sin mucha tecnología y muy profesional

En vacaciones y fines de semana los amigos y la familia invitan a pasear a una finca. Casi siempre el destino es una casa a las afueras de la ciudad equipada con piscina, pelotas de colores, mesa de billar y otros accesorios para el descanso y el disfrute de unos buenos días de sol. A eso le llaman comúnmente: ir a una finca. Sin embargo, la finca tiene otra connotación que no tiene nada que ver con lo anterior. La finca es el hogar del campesino y lugar en el que se trabaja la tierra para sembrar, recolectar y alimentarse. También tienen animales (vacas, caballos, perros, gallinas, conejos, marranos y todo lo que se pueda comer o sea productivo) precisamente porque la finca es un lugar productivo.

En Colombia hay mucha tierra, kilómetros y montañas, unas repletas de maleza y otras decoradas con retazos de cultivos. Me invitaron a una finca y terminé sembrando matas de maracuya y cambiando la comida y los desperdicios de los conejos. Un trabajo muy duro, muy divertido por un día y muy mal pago por todo el proceso que tienen que hacer los campesinos para cosechar y vender sus productos.

Con seguridad me dará mucha rabia cuando alguien diga: ¡Pero ese maracuya está muy caro! ¿cuándo subió?

Lo primero es uniformarse. No con un bikini sino con botas y una chaqueta para cubrirse del sol y de los mosquitos, duros enemigos de quien trabaja el campo.

Luego hay que ir por la herramienta para empezar a trabajar (azadón, tierra abonada, pica y sacabocados para sacar la tierra)

Luego hay que transladar las plantas a los orificios que deben tener un ancho y un alto de 40 centímetros.

¡Iniciar el trabajo! ¡fuerza, fuerza, fuerza, uffffff!

¿Quién dijo que este trabajo era fácil? ¡Hay que ir por más tierra abonada!

¡Listo!, Ahora hay que esperar de 3 a 4 meses para cosechar el maracuya. Una jornada de trabajo muy dura que los campesinos de Colombia repiten todos los días. ¡Fuerza de trabajo mal pagada!

Al final, en la tarde, se pueden apreciar estos paisajes mientras se descansa y se conversa mientras se toma el algo con parva y se conversa. LLega la noche y hay que dormir. Este trabajo es duro y sólo se conoce cuando se tienen las marcas en las manos y tierra en vez de piel. Mucha tecnología en nuestro mundo pero todavía no llega a muchos campesinos. Me imagino una computadora y un software para sembrar, me imagino una sociedad que valore más el trabajo, por lo menos.